Lumbalgia: radiografía del dolor lumbar
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Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2017, el 80% de la población mundial sufre o ha sufrido de dolor lumbar, especialmente entre la población entre 35 y 65 años, sin distinción de sexo [1]. En cuanto a Chile, las enfermedades musculoesqueléticas, especialmente las de origen lumbar, lideran entre las afecciones que más producen ausentismo laboral en el país [2].
La lumbalgia corresponde al dolor de espalda que se producen en la parte baja y que frecuentemente se irradia a otras zonas del cuerpo. Su término hace referencia a un síntoma y no a una enfermedad.
Su manifestación puede ser producto de diversas patologías, las que pueden variar de leves a graves. La lumbalgia puede afectar a personas de cualquier edad y de ambos sexos, un estudio realizado por el Hospital General de Requena en Valencia, establece que “El 80% de la población presentará un dolor lumbar en algún momento de su vida” [3].
Por lo general, la lumbalgia suele resolverse en el plazo de algunas semanas, con excepción de algunos casos que su duración se extiende, tornándose una enfermedad crónica y necesitarán asistencia médica continua y manejo específico. Estos cuadros son más frecuentes en edades que van desde los 45 a los 65 años, con una predominancia en el sexo femenino.
En 2008, Pérez et al., establece que la mayoría de las veces (90%) responde a causas vertebrales y paravertebrales, siendo difícil identificar con exactitud el origen de la enfermedad, pues se trataría de un origen multifactorial, lo que complicaría identificar con exactitud la o las causas específicas de base o previas.
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La lumbalgia más frecuente se debe a un problema mecánico, en el que influye la postura y el peso con el que sobrecargamos la espalda. En estos casos el pronóstico dependerá del dolor y su extensión, existiendo según (Pérez, 2008) las siguientes categorías:
Dolor lumbar agudo: es el que tiene una duración inferior a las 12 semanas. Es el más frecuente y el de mejor pronóstico, ya que se resuelve en más del 90% de los casos.
Dolor lumbar crónico: es aquel que persiste más allá de tres meses, y trae consecuencias sociolaborales y psicológicas.
ZONAS DEL CUERPO AFECTADAS
Debido a que la lumbalgia tiene distintos orígenes, existen varios síntomas que dan indicios de que podría tratarse de esta patología.
Las manifestaciones más comunes de la lumbalgia son el dolor local o irradiado, el que comienza en la espalda baja y se extiende a la ingle y la nalga produciendo espasmos musculares. Estos síntomas podrían ser producto de una distensión muscular lumbar o del espacio intervertebral (hernia discal lumbar o discartrosis).
La compresión del nervio ciático se caracteriza por el dolor persistente en una pierna y pie, produciendo entumecimiento y dificultad para moverse.
El origen del dolor lumbar puede estar en las vértebras, el deslizamiento hacia delante de una vértebra lumbar produce que la zona lumbar sea tensa y con dolor que mejora o disminuye al echarse hacia atrás.
En cambio, la degeneración de los discos lumbares produce dolores agudos y se acompañan de inflamación e inestabilidad en la zona, molestias que empeoran al estar de pie o sentarse.
CAUSAS
Si bien, en la mayoría de los casos no se puede llegar a la causa inicial que desencadena la lumbalgia, suele producirse por una alteración de la columna vertebral como una hernia discal o degeneración en la articulación intervertebral.
Para la Asociación Española de Reumatología, las causas más frecuentes de lumbalgia son las mecánicas, es decir:
- Alteraciones vertebrales como la escoliosis
- Contracturas musculares por sobrecarga
- Problemas degenerativos en los discos intervertebral o de articulaciones posteriores
- Fracturas por osteoporosis
- Traumatismos violentos
El dolor se produce al activarse las terminaciones nerviosas o lesionarse los nervios que transmiten el dolor. Esto a su vez propicia la contractura muscular y desencadena como resultado inflamación en la zona. La raíz nerviosa también puede afectarse por compresión Otras causas menos frecuentes son las enfermedades inflamatorias de la vértebra, las infecciones y los tumores.
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CÓMO AFECTA LA CALIDAD DE VIDA
Quienes sufren de lumbalgia están más propensos a desarrollar ansiedad y depresión [4], esto se debe principalmente a que disminuye la calidad de vida de las personas, apareciendo miedo y discapacidad. Por lo mismo, es común que pacientes con dolor de espalda crónico consuman antidepresivos.
Por otra parte, un estudio realizado en México [5] a trabajadores del rubro de la construcción diagnosticados con lumbalgia, establece que la calidad de vida no empeora, ya sea en hombre o mujer y en trabajos administrativos o como obreros. Sin embargo, el mismo estudio muestra una relación entre la lumbalgia, la obesidad y la calidad de vida, presentando que los pacientes con sobrepeso y lumbalgia son más propensos a desarrollar una mala calidad de vida con el tiempo, además de alteraciones dinámicas y estáticas en la zona lumbar, con deterioro medular y aumento de lordosis lumbar.
Estas molestias producen que, de un mes, un trabajador se sienta incapacitado para trabajar 16 días.
QUÉ ES EL DOLOR LUMBAR CRÓNICO
El dolor lumbar crónico es aquel que persiste más allá de 3 meses [6]. Las personas que lo padecen suelen presentar rigidez en la parte baja de la espalda, como también disminución del movimiento lumbar y problemas para mantenerse erguido.
Para aminorar los síntomas, los especialistas no recomiendan el reposo, al contrario, proponen una serie de medidas que mezclan los medicamentos con tratamientos alternativos como la acupuntura y la fisioterapia, siendo esta última recomendada para pacientes menores de 40 años.
En casos concretos como la hernia discal, estenosis espinal o escoliosis progresiva los especialistas pueden evaluar la cirugía como alivio al problema.
Como se debe aprender a vivir con el dolor crónico lumbar, la terapia psicológica es fundamental para que el paciente crónico responda mejor a los tratamientos.
PREVENIR EL DOLOR
Para evitar el dolor en la lumbalgia se recomienda hacer ejercicio y mantenerse lo más activo posible. En este sentido, se aconseja evitar el sedentarismo y adoptar una actitud optimista ante el dolor. Otra sugerencia es evitar la sobrecarga de la espalda.
La Fundación Kovacs [7], señala cuatro consejos para aliviar el dolor en la lumbalgia:
Evitar el reposo en la cama: el paciente debe estar lo menos posible recostado en cama, ya que la experiencia demuestra que esto retrasa la recuperación.
Mantenerse activo: es fundamental que el paciente continúe realizando su rutina diaria, manteniendo el mayor grado de actividad posible.
Higiene postural: evitar la sobrecarga de la espalda durante el dolor y después de éste, así impedirá nuevos episodios.
Aplicar calor o frío: muchos pacientes sienten alivio al aplicar frío cuando la zona está inflamada y calor cuando hay mucho dolor. Si a modo personal disminuye las molestias, no hay problema en recurrir a ello.
CÓMO DIAGNOSTICAR LA LUMBALGIA
Como se ha mencionado anteriormente, la lumbalgia no se puede predecir y prevenir como patología. Enfermedades ligadas a los huesos como artritis, artrosis, osteoporosis, por nombrar algunas, pueden provocar daños severos a la columna. En estos casos se sugiere prevenir consultando con el médico.
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A la hora de diagnosticar una lumbalgia la mejor forma será a través del historial clínico de la persona, la que junto a una evaluación física del paciente determinará el grado de la patología. Si hay sospechas sobre el origen de la lumbalgia se indagará mediante pruebas de imágenes, analíticas y funcionales.
TRATAMIENTO MÉDICO
El tratamiento debe ser individualizado, con la opinión de su médico tratante y con abordaje multimodal para el dolor crónico de espalda. Estos tratamientos podrían incluir entre otros terapia física y medicamentos, dependiendo de su estado general de salud y de su enfermedad actual.
Entre las recomendaciones, también se puede complementar el tratamiento con técnicas de medicina física y rehabilitación, una serie de ejercicios de forma frecuente que incluya estiramientos, flexibilización y terapia conductual son efectivos y ayudan a disminuir el dolor y mejora la funcionalidad.
Tratamientos alternativos como la hidroterapia disminuye el dolor, la discapacidad y mejora la calidad de vida. La electroterapia es otro de los tratamientos más utilizados, ayuda al alivio del dolor y tienen un efecto relajante y analgésico.
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Es importante tener presente que el 85% de las lumbalgias tiene un buen pronóstico, aproximadamente solo el 15% de ellas se vuelven crónicas y tienen una difícil solución. Los pacientes con esta patología no poseen alteración estructural que la justifique, por lo mismo se pueden manejar en el tiempo y tener un curso benigno. Ante cualquier sospecha de lumbalgia, lo mejor es acudir a un especialista y explicar detalladamente los dolores y su localización, la evidencia muestra que ésta es la aportación más valiosa para el diagnóstico [8].
Referencias:
- [1] Garro Vargas, Karen. (2012). Lumbalgias. Medicina Legal de Costa Rica, 29 (2), 103-109. Obtenido el 9 de junio de 2021 de http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152012000200011&lng=en&tlng=es.
- [2] Muñoz, C., & Vanegas, J. (2015, 17 diciembre). Discapacidad Laboral por Dolor Lumbar. Estudio Caso Control en Santiago de Chile. Recuperado 10 de junio de 2021, de https://scielo.conicyt.cl/pdf/cyt/v17n54/art07.pdf
- [3] Pérez, F. Et al,. (2008). Lumbalgia. Recuperado 26 noviembre, 2019, de https://svreumatologia.com/wp-content/uploads/2008/04/Cap-23-Lumbalgia.pdf
- [4] Sociedad Española de Reumatología. (2019). El reumatólogo. Recuperado 24 noviembre, 2019, de https://www.ser.es/wp-content/uploads/2019/11/SER_ElReumatologo_3_digital.pdf
- [5] García, M. Et al,. (2010). Relación entre dolor lumbar y ansiedad y su implicación terapéutica. Recuperado 24 noviembre, 2019, de https://www.ucam.edu/sites/default/files/revista-fisio/revisitafisio-dic2k11_35-43.pdf
- [6] Ángel García, D., Martínez Nicolás, I., Saturno Hernández, P.J., & López Soriano, F.. (2015). Abordaje clínico del dolor lumbar crónico: síntesis de recomendaciones basadas en la evidencia de las guías de práctica clínica existentes. Anales del Sistema Sanitario de Navarra, 38(1), 117-130. https://dx.doi.org/10.4321/S1137-66272015000100012
- [7] Fundación Kovacs. (s.f.). La Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE). Recuperado 24 noviembre, 2019, de http://www.kovacs.org/es_quehacemos_investigacionmedica_lareide.html
- [8] Atlas, S. Et al,. (1996). The Quebec Task Force classification for Spinal Disorders and the severity, treatment, and outcomes of sciatica and lumbar spinal stenosis. - PubMed - NCBI. Recuperado 24 noviembre, 2019, de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9112713